viernes, 26 de febrero de 2010

¿Cuanto hace ya?

¿Cuanto hace ya que tus labios no se posan en los mios?
¿Cuanto hace ya que tus ojos no se posan en mí?
¿Cuanto hace ya que tu voz ya no pronuncia mi nombre?
¿Cuanto hace ya que en tu futuro no estoy yo?

Miro por la ventana y el reflejo me devuelve tu rostro, Miro el horizonte y no te puedo ver. Junto a mí el aire frío invade el lugar que te correspondía por derecho y en mis sueños falta siempre la parte más importante: Tú.

¿Cuanto hace ya que te ví por última vez?
¿Cuanto hace ya que con lágrimas en los ojos me dijiste adios?
¿Cuanto hace ya que el teléfono no suena con tu voz?
¿Cuanto hace ya que amanezco pensando en que no volverás?

Camino por las calles vacías que se llenan de personas desconocidas y ninguna eres tú. Viajo a los confines del pensamiento buscando una palabra, un verso, una canción que te devuelva junto a mí y no puedo encontrarla. Añoro el pasado cuando mis sueños se inundaban con tu presencia y todas mis esperanzas se resumían en verte sonreír.

¿Cuanto hace ya que no viajo kilómetros sólo para verte?
¿Cuanto hace ya que no mentimos al mundo solo para pasar una noche juntos?
¿Cuanto hace ya que mi alma no siente la felicidad de tu sonrisa?
¿Cuanto hace ya que tu amor no es para mí?

Levanto la cara al cielo y no puedo contener las lágrimas. Cierro mi mano y me enfurezco porque entre mis dedos no están los tuyos. Me pierdo en la locura, río, pienso, lloro, grito y no hay nada que valga la pena en verdad.

Te has ido para siempre y no puedo hacerte volver. He perdido, he perdido todo lo que deseaba y añoraba... te he perdido a tí.

miércoles, 24 de febrero de 2010

La Bestia de Metal

Las sombras se agolpan tras de mí mientras la feroz bestia me aparta de su lado.

Quisiera descender por aquellas escalinatas y enfrentarme al río de asfalto que corre tras el ultimo escalón poniendo distancia entre mí y la mujer a la que amo.

Siento el viento frío que entra por las ventanas mientras la bestia ruge con furia avanzando implacable. Miro atrás por un momento y aun puedo verla. Sus ojos cafés me miran y su rostro me sonríe. Casi puedo escuchar su voz diciéndome "Adiós... ve con cuidado".

Quisiera escapar de allí, de mi propio destino. Saltar por la puerta arrojándome a la suerte. Sentir el dolor de la piedra y los cristales lacerando mi piel. Sentirme caer y rodar por el camino mientras el monstruo, ignorante de mi ausencia, continua su camino.

Levantarme con mi cuerpo ensangrentado y correr hacia atrás, hacia donde está ella y abrazarla mientras le juro que nunca, jamás, me apartare de su lado.

Pero soy presa de mis propios miedos, tengo miedo al futuro y al destino incierto. Temo a que la muerte me arranque por siempre de su lado.

La sigo mirando y no puedo mas que intentar sonreír y despedirme con una señal en mi mano.

Mañana volveré con ella, subiré a la bestia de metal que ruge feroz mientras recorre el asfalto con sus garras de caucho. Mañana estaré con ella hasta que la oscuridad de la noche nos separe de nuevo.

Me quedo mirando hasta que las tinieblas opacan su figura y su rostro se pierde en la lejanía.

Tomo asiento junto a alguien desconocido y cierro los ojos soñando con el día en que todo sera distinto.

lunes, 22 de febrero de 2010

[Negro] SANTUARIO

El ángel te mira atentamente desde aquella roca. La herida de su pecho parece ser profunda, pero definitivamente no es letal, aunque seguramente le será una gran molestia durante el combate.

Tu contrincante parece estar agotada por la lucha de hace unos instantes y, al reaccionar después de tí durante la caída, habrá tenido que forzar más sus alas y puede que esté lastimada de allí también. Sin embargo se ve fuerte y la lucha se podría alargar durante bastante tiempo.

Pero tu mayor problema ahora es el propio lugar de la contienda que ha resultado ser el único sitio en todo el mundo donde no deseabas pelear.

[Blanco] SANTUARIO

Frente a mi se yergue el demonio listo para atacar. Sus amarillentos ojos observan los alrededores sin dejar de prestarme atención. Pareciese estar reconociendo el lugar donde se encuentra.

Seguramente el nunca antes había pisado este lado del valle. Tampoco creo que aprecie la belleza que sutilmente impregna cada hoja y cada tallo que tapiza el suelo del santuario. Seguramente no es capaz de entender el pacifico canto del río ni la tranquila melodía del viento que se escuchan entre las rocas y el viejo árbol muerto. Para el todo lo que hay a su alrededor no sera mas que una ventaja o desventaja estratégica. Solo le interesa matar y destruir.

[Negro]NIEVE Y FUEGO

La suave brisa del viento agita el cabello sobre tu cabeza arremolinándolo, jugueteando con las asperas cerdas de color negro, .trayendo consigo el perfume que emana de las flores mas allá de la colina, en el cercano recinto natural del que has hecho tu santuario.

No te agrada eso, la batalla transcurrirá demasiado cerca de aquel lugar que tanto aprecias. En un simple descuido, en un giro inapropiado del destino la batalla se movería hasta el campo de flores, dejándolo  marcado por siempre con la sangre y el horror de esta guerra inútil.

Ya no tendrías un lugar a donde ir tras la batalla, un lugar que te hiciera olvidar por un instante los horrores de la guerra. El agua del rió ya no podría consolarte mientras lloras por tus hermanos caídos. El viento ya no secaría tus lágrimas ni se llevaría consigo el dolor que te produce esta lucha por una libertad que esta tan lejana y que tal vez nunca llegara.

Pero por ahora no puedes hacer nada sino esperar a que comience la batalla y entonces luchar, luchar contra el enemigo con toda tu fuerza esperando que la batalla termine antes de que se extienda hasta las hermosas flores que por las noches sueltan su dulce fragancia, donde el viento susurra una canción de paz y el arrollo, con sus cristalinas aguas corriendo incesantemente, te acuna en las noches sin luna.

[Blanco] FUEGO Y NIEVE

Un fuerte viento se levanta desde la base de la montaña agitando las plumas de mis alas blancas.

A mi lado Ensiael se encuentra pensativo mirando al enemigo. Goliel no cesa de sacar brillo a su lanza en un intento desesperado por calmar su nerviosismo. Hinel mantiene una charla vanal con Yael y Cloel a poca distancia de mi, aunque apenas puedo entender lo que dicen.  Samuel y Sintael se encuentran detrás, en silencio. Desconozco donde se encuentren los demás miembros de mi equipo, perdidos entre los miles de ángeles que comparten con nosotros la cima de la montaña.

Hace días que nos encontramos aquí apostados  esperando la orden de ataque, casi el mismo tiempo que llevan los demonios en el fondo del valle preparándose para nuestro ataque.

-Son muchos- dice de pronto mi capitán que no desplaza un solo momento la mirada del enemigo.

domingo, 21 de febrero de 2010

El hada

Entre los regios matorrales, entre las sombras que se ocultan bajo los ramales de un bosque muerto un caballero llora.

Sus lágrimas resbalan por la maltrecha armadura y su llanto ha ahuyentado a todas las criaturas que aun quedaban a su alrededor.

Con furia golpea el suelo haciendo mella en sus abollados guanteletes y arroja su espada ante el abismo que se presenta imponente ante él.

El caballero llora porque ha fallado. Juró dar su vida por una causa, por un sueño y por un amor. Toda su fuerza y dedicación la entregó a sus ideales cuando orgulloso se decía a sí mismo: "Cuando llegue el momento, moriré dentro de la gloria que para mi destino está reservada".

sábado, 20 de febrero de 2010

Rosa

Camino por las calles de la gran ciudad sin ningún rumbo en particular.

Las personas pasan velozmente junto a mí sin detenerse, sin saludar, sin dedicarme algo más que una mirada hostil o un insulto para alguien que no camina con la velocidad de los habitantes habituales de la urbe.

Por un momento me detengo sobre un puente y observo los autos pasar bajo mis pies. Todos tienen un lugar a donde ir, algo que hacer, algo que decir. Yo también suelo ser así, pero justo ahora no hay nada que me interese hacer, nada que me interese decir, nada que me interese ver.

jueves, 18 de febrero de 2010

Gotas de Lluvia

La lluvia cae incesantemente tras la ventana. Las gotas se precipitan rápidamente para encontrar su final entre lo que queda de todas aquellas que les antecedieron.

El agua se acumula y va formando pequeños ríos que siguen su camino, recogiendo en su trayecto a todas aquellas hermanas suyas que tengan la gracia de unirse a la encomienda de emprender la larga travesía que les llevará hasta el mar una vez más.

Las gotas de lluvia caen y se estrellan contra el cristal de la ventana, quedando solitarias, impedidas de alcanzar el destino que, de cierta manera, anhelaban.

Presentando

Este blog es para presentar diferentes relatos que no encuentro donde más colocar... será un desastre de organización, pero será el más activo de todos.
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