sábado, 27 de marzo de 2010

Mi querido Árbol

Cuento escrito en coautoría con Paoz

La lluvia caía lenta mientras caminaba sin rumbo alguno. Era martes por la tarde, un martes cualquiera sin nada que hacer después de la escuela, no había sido el mejor día, no todo había salido tan bien como suele pasar. Sin embargo no siento tanto pesar al caminar por el malecón y sentir la lluvia sobre mi rostro, mientras personas desconocidas pasan a mi lado sin fijarse de que me encuentro aquí.
  
Después de caminar bajo la lluvia, decidí sentarme bajo mi árbol favorito, aquel que me ha visto crecer toda la vida, bajo sus ramas había un lugar seco, celosamente guardado para mí, protegido por las verdes ramas del árbol que esperaba mi regreso.
 

En Otoño era fascinante sentir como caían sus hojas secas sobre mi cabeza, cada año esperaba con ansias presenciar de nuevo esos momentos inolvidables, los cuales disfrutaba como ningún otro, pero esta vez no habría Otoño junto al solitario árbol, las monstruosas máquinas amarillas se acercaban cada vez más, conforme la nueva autopista se iba extendiendo para bien de personas que jamás se habían detenido a descansar bajo la sombra de mi árbol y que seguramente no les importaría que no estuviese allí.
  
No entiendo por que querían arrebatar los momentos que nos faltaban por vivir, el era mi único amigo, le compartía mis alegrías y mis enojos, me arrullaba en mis momentos de tristeza, pero todo eso estaba por terminar. Al principio quise salvarlo, oponerme a las máquinas,a los trabajadores, conseguir ayuda para salvarle la vida, pero el tiempo pasaba mientras planeaba, a nadie a mi alrededor parecía importarle un árbol y las obras avanzaban día con día hasta llegar aquí, a unos cuantos metros de mi árbol.

Tal vez esta sea la última tarde que pase sentada bajo tus ramas escribiendo poemas que nadie leerá jamás, es inútil, hice todo lo que estuvoa mi alcance pero ganaron la guerra. Solo quiero darte las gracias por estar siempre aquí brindándome tu gran sombra, por ser mi único amigo y por guardar todos mis secretos, nunca te olvidaré, te llevaré siempre en mi memoria, mi querido árbol.

El sol desaparece en el horizonte llevando consigo nuestros últimos momentos juntos, pintando de púrpura el cielo sobre nosotros, no me importa quien me mire, por primera vez desde que lo conocí, le abrazo y derramo una lágrima por él. Es hora de emprender denuevo el camino que me llevará a casa, lo extrañaré tanto, pero no todo lo bueno durá siempre.

El cielo está ya despejado, la lluvia se ha marchado y las estrellas se encienden ya en el firmamento. En casa me espera un regaño y un castigo, no me importa, no puedo dejar de llorar mientras me alejo del malecón y me adentro en las calles que me llevarána casa.
  
Suena de nuevo el despertador para recordar que me espera un largo día, por un momento había olvidado lo que seguramente ya habrían hecho con mi árbol, denuevo brotan las lágrimas de mis ojos resbalando por mis mejillas, era inevitable, sin embargo tenía que acostumbrarme a vivir sin el, tomo mi mochila y me doy cuenta que se hace tarde para mi clase de Literatura.

Un día más, las clases pasan una tras otra, pero nada recuerdo de ellas, todos mis pensamientos están en él, cuando regrese a casa no quiero pasar por allí y verlo tirado a un lado del camino, agonizando, no quiero ir por allí, pero es la única manera de volvera casa . Tendré que aguantar el gran dolor que me causará esto, me siento tan impotente y culpable por que pude encontrar alguna manera para salvarlo, sin embargo no fue así, seré testigo de esta desgracia.

Cada vez falta menos para llegar a aquel lugar, doy vuelta en la esquina, mis ojos no se separan de la acera, veo las grietas del suelo pasar bajo mis pies con cada paso que doy. De pronto unas botas negras, enlodadas aparecen en mi camino, antes de que pueda detenerme mi cabeza golpea contra un chaleco anaranjado, pierdo el equilibrio y aquel hombre me sostiene entre sus brazos evitando mi caída. Mientras, oigo que una voz ronca y fuerte me dice que no puedo pasar, que las máquinas están trabajando y el camino fue cerrado por un par de horas. Miroa mi alrededor, toda la zona está cubierta por láminas que me impiden ver hacia el otro lado, solo escucho las máquinas andar, escucho golpes y ruidos fuertes. Al frente solo hay un pasillo para llegara casa, me cubro los oídos con las manos y avanzo corriendo hasta llegar a casa, mis padres se preocupan, es el segundo día que llego llorando, pero no será el último.
 
Me encierro en mi habitación, trato de hacer las tareas, pero el dolor que tengo lo impide, no puedo concentrarme, después de un rato decido acostarme sobre la cama, pongo un poco de música para relajarme y miro las estrellas por la ventana... por fin logro quedarme dormida pues un día más me espera.

Así pasan los días, uno tras otro, con mi mente perdida entre el sueño, el llanto y la vigilia, hasta que un día una conversación me devuelve a la realidad:
- "Ya viste como quedó la autopista? hoy abrieron el tramo del malecón".
- "No, aún no... creo que por la tarde pasaré a ver"...

Terminando las clases, después de pensarlo por un rato recostada sobre el verde pasto, decido ir a ver lo que esperaba desde hace unos días. El dolor había regresado nuevamente, lentamente bajo el rayo del sol y con el rose del viento camino hacia el malecón ...Doy vuelta en la esquina, me cuesta trabajo levantar la mirada, el paso de un auto a toda velocidad me asusta y me hace mirar al frente, justo allí, en el gran camellón al centro de la carretera un jardín lleno de flores resplandece con los rayos del sol, algunas mariposas juguetean entre las plantas y se elevan por los aires. Un ave, asustada por un auto que pasa, levanta el vuelo y se posa sobre un árbol cuyas ramas me resultan familiares.

No, no puede ser, quizá solo estoy soñando, pero reacciono al sentir la lluvia mojar mi cara y me doy cuenta que es verdad, mi querido árbol esta ahí, donde siempre esperando cubrirme con su gran sombra... mis lágrimas brotan de felicidad, siento una alegría inmensa que me es difícil describir.

La lluvia arrecia, con cuidado cruzo la avenida y me acerco a mi viejo amigo junto a su tronco un lugar seco me aguarda. Sé que es mi imaginación, pero me parece escuchar su voz diciendome:
- "¿Cuanto tiempo?... te estaba esperando"
-"Perdón, es que la idea de perderte me provocaba un gran dolor, y me era imposible pasar por aquí, te extrañe tanto amigo y aquí bajo la lluvia quiero prometerte que jamás nadie nos separará, no dejaré que te hagan daño, así tenga que luchar contra todo lo que nos rodea".

Me senté bajo su sombra y puse aquella canción, esa que tanto le gustaba a mi árbol ...

 Imagen propiedad de: Remigio Megías García

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
Imagen de fondo propiedad de gnuckx cc0