martes, 9 de marzo de 2010

Mírame

Mírame fijamente y no digas nada, solo mírame.

Clava tus ojos en los míos y desentierra con ellos todos los secretos que jamás fueron revelados ante nadie.

Mírame y déjame contemplar la belleza de tus ojos cafés, déjame disfrutar de ese hermoso brillo que les baña cada vez se posan en mí. Déjame perderme en sus profundidades y olvidar entre ellos todo el dolor del pasado. Déjame soñar con un futuro en el que tus ojos seguirán mirándome de esa manera tan especial.

Mírame, no digas nada y solo mírame. El amor que has sembrado con una caricia en mi corazón está germinando. Rocíale con tu mirada para que no se marchite, para que su verde retoño surja de las profundidades del dolor y sus raices se extiendan por todos los rincones de mi corazón.

Mírame sin detenerte y deja que ese árbol, más gradioso que Silpion, más hermoso que Laurelin, crezca más allá de mi pecho y embriague al mundo con su luz.

Mírame, no digas nada y solo mírame mientras mis dedos recorren tu cabello y mi palma te seduce con una suave caricia.

Mírame, y luego cierra los ojos, deja que mis labios se posen en los tuyos en nuestro primer beso de amor.

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